¡Buenas noches!, os prometí un
acercamiento al mundo de la música y sus efectos sobre el ser humano, y creo
que estoy cumpliendo. El post de hoy es importante para mí, no puedo pasar a
hablar de algo más específico sin introduciros un poco más en el tema. Creo que
es conveniente que sepáis que:
La musicoterapia es una
especialidad paramédica joven, pero con suficientes fundamentos científicos de
orden clínico-terapéutico que permiten establecer claramente una metodología de
trabajo y una serie de técnicas capaces de ser desarrolladas.
La musicoterapia en su
aplicación clínica debe estar en manos exclusivas de un graduado en
musicoterapia.
Enmarcada dentro del campo de la
salud mental, la Musicoterapia se desarrolla como una forma de terapia que
posibilita un proceso de crecimiento personal, ayudando a las personas a
promover su salud y mejorar su calidad de vida, implementando el uso de la
música y sus elementos, a través de experiencias musicales y de las relaciones
que se desarrollan por medio de ellas, como fuerzas dinámicas de cambio.
En musicoterapia, la música es
utilizada como un lenguaje capaz de expresar quienes somos y como nos sentimos,
capaz de representar como actuamos y como nos relacionamos. En el contexto
terapéutico, la música funciona como un espejo capaz de reflejar la
singularidad de cada uno: rasgos personales, estados anímicos, vivencias,
emociones, pensamientos, percepciones, actitudes y conductas. A través de las
experiencias musicales terapéuticas el paciente tomo contacto con sus
dificultades y conflictos. Y es a través de estas experiencias con la música
que las personas pueden desarrollar nuevas posibilidades y potencialidades,
para superar obstáculos.
De esta manera, la música en la
musicoterapia no constituye un fin sino un medio para trabajar necesidades
intrapersonales e interpersonales.
Jaques Emile Dalcroze decía: “La
música debe jugar un rol importante en la educación en general, ella responde a
los deseos más diversos del hombre; el estudio de la música, es el estudio de
uno mismo” (¿Recordáis el post de las emociones?).
Los alumnos de Dalcroze fueron
los pioneros de la terapia educativa rítmica.
Por ejemplo, Llongueras realizó el primer curso de rítmica para ciegos
y Sblauer para niños sordos. Podemos considerar a Dalcroze como uno de los que
abrieron las puertas a la terapia musical, pues rompió con el esquema rígido de
la escolástica musical.
La música ha llegado a ser una
terapia auxiliar y un remedio más o menos conocido. Junto con las terapias
físicas, es indispensable dar el necesario apoyo psicológico para intentar
superar la disminución de la autoestima que siempre acompaña a muchas
enfermedades.
Podríamos decir que, el paciente
con una coordinación muscular defectuosa o una falta de ritmo físico puede ser
ayudado por el dinamismo de la música, pues es cierto que la práctica de algunos
instrumentos ayuda a desarrollar músculos específicos.
También el canto es reconocido
como beneficioso en algunas funciones fisiológicas (Ej.: respirar) y un remedio
en el caso de perturbaciones.
El apoyo que la música da a los
ejercicios físicos es un hecho conocido por todos, pues el ritmo musical
estimula la acción corporal y alivia la fatiga física.
Por último, aclarar que, cuando
se trata de pacientes incurables que padecen desajustes emocionales o sociales,
la música puede desempeñar un valor de compensación, lo cual les ofrecerá otras
posibilidades de nutrir su autoestima.
En el siguiente post me gustaría
hablar sobre los métodos educativos, y su evolución hasta la actualidad, ya veréis como todo tiene relación.
No puedo despedirme sin
recomendar algunos libros, los cuáles en su día me sirvieron de bibliografía
para poder redactar todos estos apuntes, que a día de hoy comparto con todos
vosotros a modo resumen, con el fin de despertar vuestro interés por este tema
y muchos más…:
·
GARCÍA SANZ, E. Música y
enriquecimiento personal. Universidad de Valladolid.
·
GÓMEZ ROBLEDO, C. Un primer
contacto con la musicoterapia.
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